Tuesday, January 30, 2007

Granadas en gerundio


¡Qué orgullo!
Mierda por todos lados.
Y diamantes en la punta de la lengua.

Mañana será otro día.

Ambos dos


Ambos dos estábamos contigo cuando veníamos de ningún lado e íbamos a cualquiera.
Me gustan los juegos de palabras cuando no son ellos los que juegan conmigo.
No sé de muchas palabras que se puedan decir al derecho y al revés.
Pero si sé que roma se lee amor al revés.
Estoy aburrido de no llenar las expectativas de los lectores recurrentes de un espacio que se me pinta agotado cuando el fin de semana ni siquiera está cerca. Tengo la inspiración, lo que no tengo son las ganas. A los bloqueos me los paso por el forro del culo, eso es lo que hago.
Ambos dos estábamos contigo.
Whatever.

Cenizas en el escritorio y zapato de goma tirados por ahi


Estoy comenzando a paralizarme frente a las cosas que me agradan. También estoy dejando de esperar con ansias que me den un beso de buenas noches. De hecho estoy comenzando a comprender lo que había comprendido una vez y que en algún momento olvidé.
Ya sabes, que la mejor manera de sorprenderme es no esperar nada.
Así que ahora me levanto bastante más temprano de lo habitual para no estar tan cerca de lo único que le brinda balance a mi ego. Me preparo un plato de cereal, enciendo el televisor, me autoflagelo con las imágenes de las porquerías que no me importan, aunque sean importantes, y espero tener el tiempo suficiente para no morirme sin haber comprendido por qué todo no es suficiente.
A él lo tengo amarrado con cadenas. A él no lo quiero volver a ver jamás. Porque me la paso mejor disfrutando la vida que absurdamente desesperado por entenderla.
Estoy trabajando en una historia. Una historia que comienza el último día del fin del mundo. Estoy haciéndolo porque si no la saco de mí terminará de apoderarse de mí dejándome encadenado a mí compartiendo sótano con esa necesidad enfermiza que tengo de querer largarme de todos los que me conocen ahora y que nunca me han conocido tanto como los que me conocen desde siempre.

Y entonces un giro inesperado.

No soy lo que quise ser a los 28 años, no me morí a los 27, tengo 7 mil bolívares en mi cuenta bancaria, Babyshambles será el mejor grupo del mundo las próximas tres semanas y dudo que algún día alguien respete realmente cada estupidez de estas que vez aquí y que escribo en automático, por reflejo, como los parpadeos de un chino suicida.

Chiquilla de ojos marrones, de cabello rubio, diminuta, sexy, inteligente, neurótica, para nada tierna, sobre todas las cosas mía.

Espero que estés consciente de que no compartes la cama con ningún príncipe azul. De que te doy lo mejor que puedo y de que me atormenta que nunca sea suficiente.

Espero que nunca me abraces y me digas que ya no tienes nada que decirme.

Porque a mí nunca se me acabarán las palabras que van para ti y no para las historias que no me atrevo a concluir.

Desvarío.

Otra vuelta de tuerca.

¿Y si algo tuviera sentido?

Pues se llamaría exactamente como tú.

Y me regalaría una canción en nuestro aniversario.

Voy a quemar la historia que llevo rato tratando de escribir.

No va a ningún lado.

A ningún lado dónde estés tú.

Monday, January 29, 2007

Druqz


Siempre fuimos los que teníamos que ser.
Acostumbrados a no escuchar que nos pidieran escuchar lo que nos querían decir.
Atados a un pedazo de tierra que quedaba en las nubes.
Conscientes de nuestra inconsciencia.

Me recuerdo en un parque de Madrid en primavera.
Con frío pero con sol.
Mirando al cielo a través de las ramas fluorescentes.
Tumbado en la grama, sólo, como nací y como moriré.

Me recuerdo lento y pesado como un tren a pedales, pensando en las cosas que causan picazón en el alma.

Y luego dejo de recordar.
Se me queda la mente en blanco, como si me hubiesen arrancado la página.

Ahí vamos. Again.

Te dije que los atardeceres se acaban.

Como es costumbre, mentí.

Tuesday, January 16, 2007

Atardecer (pause)


Cae el sol llevándose todo con él. Desde los días hasta las ganas. Pero uno sigue, porque tiene que seguir y porque si no sigue uno el sol tampoco es que va a dejar de levantarse y dejarse caer.
Últimamente caerme es un tema recurrente. No como con la caleta en el bolsillo pasando junto a los policías. No como con los ojos chinos evitando saludar a mamá. Es otro tipo de caída, más dolorosa, menos de mentira.
Por fortuna las palabras también siguen cayendo y sorprendentemente cada vez me cuesta menos. Como si a la gravedad también se le hubiesen acabado las vacaciones.
A esta hora de lo único que estoy seguro es de las ganas de volver a enamorar a la chica que ya enamoré una vez antes de que salga el sol después de la última caída.
Creo que ese es el atardecer perfecto.
No, no creo. Es que estoy seguro.
El que se mantiene siempre con ganas de conquistar lo que puede dejarte ciego si mantienes la mirada fija en el horizonte.

Te felicito, quien quiera que seas.

Estás viendo un atardecer que quisiera ser eterno.
El último pedacito de calma que me queda antes de prenderle fuego al futuro.

Cae el sol llevándose todo con él.

Principalmente todas las verdades y una que otra mentira.